Desde que empecé con 9 años, en cuanto pude aglutinar una serie de obras como para ofrecer un concierto de una hora de duración, no dudé en poder dar recitales para ir curtiéndome con el público, los nervios y el esfuerzo físico y concentración que ello suponía. Con 13 años llegaron mis primeros recitales por los pueblos de la provincia, casi una pequeña gira por las Casas de Cultura, Escuelas de Música y Teatros. Rodaba un mismo programa varias veces y la verdad es que perdí rápidamente el miedo al directo, sintiendo los mínimos nervios necesarios que todo músico debe tener al afrontarse ante cualquier reto. Ello me ha llevado a tener siempre una aparente seguridad y confianza, sin miedo a fallar o al fracaso, gracias a la cantidad de pequeños conciertos ofrecidos desde pequeño. Ahora desde la óptica del profesor es algo que no dudo en aplicarlo con mis alumnos, en que toquen muchas veces ante la gente, que no se queden en las aulas tocando para sí mismos.

Recital de piano en el Auditorio Kursaal para la Asociación Cultura Musical de San Sebastián, 2007

Aparte de la oportunidad de poder tocar un movimiento de un Concierto para piano y orquesta de Mozart con la Orquesta Sinfónica de Euskadi a la edad de 14 años, los recitales más importantes llegaron más tarde, en el Ciclo de Jóvenes Intérpretes de la Quincena Musical, en el Auditorio Kursaal para la Asociación “Cultura Musical”, y en la gira internacional por tierras argentinas y uruguayas tras haber sido seleccionado por el Gobierno Vasco. Experiencias enriquecedoras, a menudo brutales, inesperadas pero siempre satisfactorias, debiendo dar las gracias a todos aquellos que han confiado hasta ahora en mis interpretaciones.

Y al fin llegó el día: en la inauguración de la 75. Quincena Musical di a conocer lo que meses después iba a presentar en mi primer disco en solitario: una selección de los «Nocturnos» de Frédéric Chopin. El lugar tenía un encanto mágico, en medio de la bahía donostiarra, en el Náutico, donde las olas del mar se entremezclan con una brisa envolvente, ideal para un repertorio tan sugerente como los Nocturnos. En la Sala Club del Teatro Victoria Eugenia tuvo lugar la presentación oficial del disco-libro publicado por el Instituto Etxepare, uniendo la música y la literatura del afamado escritor vasco Harkaitz Cano con unos breves pero intensos poemas sobre cada Nocturno.